Instrucciones para salir a tomar el fresco como buen yucateco
Una de las tradiciones más arraigadas entre los yucatecos es la de salir a la calle a tomar el fresco una vez que baja el calor

En Yucatán, hay algo que es más que una costumbre, ya que se ha vuelto parte del ADN de quienes viven en estas tierras, que ya saben que una vez que baja el sol y el calor es menos intenso, es momento de salir a tomar el fresco.
Es por eso, que no es para sorprenderse, pasear por las calles de Mérida y muchos municipios y ver en la puerta de la casa, desde una solitaria abuelita, hasta una familia completa, en un ritual que resiste el paso del tiempo.
Te puede interesar....
¿Cómo es tomar el fresco como buen yucateco?
La paz y la tranquilidad con la que todavía se vive en Yucatán es el principal motivo de que todavía se conserve la tradición de tomar el fresco, con estampas que se replican en las colonias antiguas y los barrios tradicionales.
Aunque parezca algo muy sencillo de hacer, hay algunas cosas que son indispensables para mejorar la experiencia de una convivencia familiar o entre vecinos, mientras se disfruta de la brisa fresca de la tarde noche.
- Esperar a que baje el sol: después de un día caluroso, lo mejor es esperar a que el reloj marque las 6 de la tarde para abrir las puertas de la casa, asomarse a la calle y verificar que es el momento exacto para salir.

- Sacar algo para sentarse: puede ser una silla de plástico o de madera, pero la mejor opción es una mecedora que se coloca en la escarpa o en el porche, donde también se puede colgar una hamaca si hay espacio.
- Usar ropa fresca y cómoda: no hay nada como tomar el fresco recién bañado, ya con talco en el cuello y la espalda para no sudar y con prendas frescas como una bata para las señoras y ropa sport para los señores.
- Tener a la mano algo para botanear: ya sea un agua de horchata o un refresco de cola con mucho hielo, es importante tener algo para calmar la sed y si hay algo de hambre, un pan dulce o cualquier botana es buena.
- Olvídate del tiempo: sin prisas, hay una hora para salir a tomar el fresco, pero no para entrar a la casa, a menos que caiga la lluvia; si no es así, lo mejor es dejar atrás el reloj y ver como se va la tarde y avanza la noche.
Como algo extra, se puede poner música de trova o sintonizar alguna estación de radio y si es temporada de béisbol se puede sacar la televisión y disfrutar del juego desde la comodidad del hogar sin ir al estadio.
Te puede interesar....
¿Cuáles son los beneficios de salir a tomar el fresco en Yucatán?
Uno de los principales beneficios de salir a tomar el fresco es para la salud, pues ayuda al cuerpo a enfriarse de manera natural, además mejora la circulación y la respiración al estar en espacios abiertos respirando aire puro.
También reduce el estrés y fomenta la convivencia vecinal, además de que reduce la posibilidad de algún robo, pues funciona como una alarma en caso de ver alguna persona o situación sospechosa en la calle.

Otra de las ventajas es que se fomenta la convivencia entre generaciones, la transmisión de sabiduría popular y mejora la comunicación entre los miembros de la familia. Lo mejor de todo es que tomar el fresco es gratis.
Te puede interesar....
¿Está en peligro la tradición de tomar fresco en Yucatán?
Lo que antes era más frecuente, poco a poco se ha ido perdiendo, ya cada vez son menos las casas que dejan sus puertas de par en par mientras la familia sale a tomar el fresco y son muchos los motivos de esta situación.
Esta tradición sigue vive en el centro histórico de Mérida, pero ya viven muy pocas personas y las que tienen su casa en esa zona prefieren quedarse encerrados; sin contar que ya muchas propiedades son negocios u oficinas.
El mismo fenómeno ocurre en el norte de la ciudad, en los fraccionamientos y las residenciales, donde las familias también permanecen puertas adentro, en sus habitaciones con aire acondicionado y otras comodidades.
La tradición de salir a tomar el fresco puede estar en peligro, pero está lejos de acabarse, pues todavía persiste en los municipios de Yucatán y en algunas zonas de Mérida, donde todavía se vive con mucha seguridad.