Este árbol tiene más de 100 años y se esconde en el corazón de Mérida
Dentro del famoso zoológico El Centenario se encuentra un árbol de zapote con más de 100 años de historia
En el zoológico El Centenario, uno de los lugares más emblemáticos de Mérida, se encuentra un árbol con más de un siglo de historia que pocos visitantes conocen.
Este testigo del paso de los años se trata del árbol del Centenario, un zapote sembrado el día de la inauguración del parque, el 18 de septiembre de 1910, como parte de las celebraciones del centenario de la Independencia de México.
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¿Cuál es la historia del árbol del Centenario en Mérida?
El día de su plantación, Don Joaquín García Rejón, secretario de la Comisión Privada, leyó el acta que daba testimonio de este acontecimiento. Al pie del árbol se enterró además una urna con objetos de la época, destinada a ser abierta 100 años después, como cápsula del tiempo.
Este zapote, que hoy sigue en pie, se convirtió en un símbolo vivo de la historia de Mérida y del país. Su presencia recuerda los orígenes del parque y la importancia de preservar la memoria colectiva en espacios públicos.
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¿Por qué es importante el zoológico El Centenario para Mérida?
El Centenario, inaugurado por Porfirio Díaz como jardín botánico, es considerado uno de los parques más antiguos de México. Actualmente, ocupa siete hectáreas y es visitado por alrededor de 1.2 millones de personas cada año, superando incluso la afluencia de zonas arqueológicas como Uxmal o Ek Balam.
Su éxito se debe en gran parte a que la entrada es gratuita y a que conserva su carácter familiar, con atracciones como el trenecito, el lago, áreas de picnic y un zoológico con más de 600 animales de 90 especies. Además, es considerado uno de los principales pulmones verdes de Mérida, con aproximadamente 1,500 árboles.
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¿Qué representa hoy el árbol del Centenario para la ciudad?
El zapote centenario es más que un testigo silencioso del paso del tiempo en la ciudad blanca, sino que por si mismo representa la memoria de Mérida, que aunque para muchos pasa desapercibido, sigue firme cerca del corazon de la ciudad.
